¿Quieres tener una franquicia? No lo hagas sin entender estos conceptos
Para quienes aún no estén inmersos en el mundo de las franquicias, entender el concepto y funcionamiento de este sistema de negocios puede ser algo complejo.
No obstante, será fácil asumir que es un modelo que representa simplicidad en la constitución de un negocio, porque a través de sus reglas asegura menos incertidumbre que un emprendimiento independiente.
Para alcanzar aquella simplicidad a través de una inversión segura, debes asegurarte de comprender el funcionamiento y definición de la franquicia.
Como en todo acuerdo comercial, hay un contrato de por medio. Éste se puede definir entre dos personas o empresas jurídica y financieramente independientes, por medio del cual una (el franquiciante) cede a otra (el franquiciatario) el derecho a fabricar
utilizar o explotar un producto o servicio ya acreditado, además de los conocimientos necesarios para desarrollar el negocio (Know-How).
El Know How se transmite en los manuales de negocio que el franquiciante entrega al franquiciatario a cambio de una compensación económica.
Con compensación económica nos referimos a los cobros que establece la franquicia para entregar sus ventajas y servicios al franquiciatario.
Éstos son variados: pueden ser el canon de inicio y una regalía (o pago periódico), cuyo valor puede ser una cantidad fija o un porcentaje del volumen de ventas.
Éstos son los tres elementos claves que integran un acuerdo de franquicia:
1. El franquiciante
Es la persona jurídica que cede una marca comercial ya acreditada, así como su técnica de trabajo, experiencia y conocimientos a cambio de determinadas compensaciones económicas.
2. El franquiciatario
La contraparte, persona física o jurídica que inicia la actividad comercial asociándose a la marca franquiciada y recibe el fondo de comercio del franquiciante en una zona de exclusividad, así como su asistencia permanente durante la vigencia del contrato.
3. El contrato
Es el medio. A través de este documento se determina la relación entre franquiciante y franquiciatario. Esta relación se plasma con dos visiones:
La autorización del franquiciante al franquiciatario, que le permite ser representado bajo su razón social y vender sus productos o servicios con un sistema de trabajo concreto y previamente experimentado a cambio de una remuneración determinada.
La obligación del franquiciatario de seguir las normas, sistemas y procedimientos del franquiciante.
4. Know-how
Entendido también como el “Saber Hacer”, es el conjunto de manuales y documentos que transmiten los conocimientos y experiencias de naturaleza técnica, financiera, comercial o administrativa, necesarios para reproducir el funcionamiento de la cadena.
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